sábado, 28 de agosto de 2010

QUIMICA MODERNA, ENTRE LA RADIACTIVIDAD Y LOS ENLACES QUÍMICOS.


Antoine Henry Becquerel, estudiando la fluorescencia, descubrió que algunas sustancias emiten espontáneamente, sin estimulación previa, y de manera continua, radiación.
Como se acababan de descubrir los rayos X, pensó que lo que emitían las sustancias radiactivas era una radiación semejante. Hoy sabemos que esa radiación incluye rayos gamma y dos tipos de partículas que salen a gran velocidad: a y b.

Las radiaciones gamma son ondas electromagnéticas (más energéticas que los rayos X). En realidad, incluso la radiación luminosa, contienen fotones que se comportan como partículas.
Linus Carl Pauling fue uno de los primeros químicos cuánticos, y recibió el Premio Nobel de Química en 1954, por su trabajo en el que describía la naturaleza de los enlaces químicos. Pauling es una de las pocas personas que han recibido el Premio Nobel en más de una ocasión, pues también recibió el Premio Nobel de la Paz en 1962, por su campaña contra las pruebas nucleares terrestres. Hizo contribuciones importantes a la definición de la estructura de los cristales y proteínas, y fue uno de los fundadores de la biología molecular.


LA QUÍMICA SE SISTEMATIZA: LA TABLA PERIÓDICA


La semejanza de las propiedades físicas y químicas de ciertos elementos sugirió a los científicos del siglo XIX la posibilidad de ordenarlos sistemáticamente o agruparlos de a acuerdo con determinado criterio.
En el año 1869, el genial químico ruso Dimitri Mendeleiev se propuso hallar una “ley de la naturaleza”, válida para toda clasificación sistemática de los elementos. Clasificó todos los elementos conocidos en su época en orden creciente de sus pesos atómicos, estableciendo una relación entre ellos y sus propiedades químicas.
Independientemente, el alemán Lothar Meyer propuso una clasificación de los elementos relacionando los pesos atómicos con las propiedades físicas, tales como el punto de fusión, de ebullición, etc.
En su clasificación, Mendeleiev no consideró el hidrogeno porque sus propiedades no coincidían con las de otros elementos. Tampoco figuran en ella los gases nobles, porque no habían sido descubiertos aun.
La ley periódica de Mendeleiev puede ser enunciada del siguiente modo: los elementos están reunidos en grupos y períodos.
De la clasificación  y sus comprobaciones experimentales se deduce que las propiedades químicas de los átomos se repiten periódicamente; esto se convierte en una ley natural aunque en la actualidad no se expresa en función del peso atómico, sino del número atómico.